Opción Múltiple: una excelente obra de humor y aceptación de sí mism@



El presente texto ha sido redactado por la escritora y observadora cultural Macarena Huicochea, quien nos autoriza compartirla en www.papayalaser.com 

El día domingo 28 de septiembre asistí a la última función de la primera temporada de la obra Opción Múltiple y realmente me pareció una propuesta dramatúrgica muy interesante, confrontadora e inteligentemente humorística para un tema que resulta revelador… porque, por un lado, podríamos pensar que nos habla de los procesos internos que debe enfrentar una persona con personalidad múltiple, lo cual (de inmediato) propicia nuestra empatía ante el conflicto cotidiano de quien debe vivir en una situación límite entre su salud mental y la realidad. 

Pero, por el otro lado, debo confesar que fue interesante ver en escena algo así como la representación teatral de un frenético intento de diálogo dente la conciencia y la inconsciencia; entre la razón y las emociones; entre lo real y lo imaginario. Y es que cada actor representaba alguna característica de personalidad: la parte infantil (el niño herido); la controladora; la agresiva; la seductora y la “pública” que parecía querer impedir que la dominaran sus otros aspectos “ocultos” que… de una u otra forma, en algún momento, lograban vencerla y mostrarse ante el mundo, a pesar de ella. Un argumento muy interesante respecto a las diversas facetas que coexisten en nuestro interior y un cuestionamiento respecto a la difícil tarea de “acallar” las múltiples voces contradictorias e impulsos emocionales que suelen definir nuestra existencia. 


Poco a poco, lo que parecía un caso cercano a la personalidad múltiple, se fue revelando como un tragicómico llamado de atención respecto a las batallas cotidianas que cientos de personas libramos para tratar de “adaptarnos” a las expectativas de un mundo supuestamente “normal”, que muchas veces puede llevarnos a negar y rechazar la existencia de aspectos de nuestra personalidad que pueden parecer “disfuncionales”. La genialidad de la obra inicia desde la bien llevada dramaturgia de su autor, Luis Mario Moncada, quien logra mover nuestra empatía hacia la(s) protagonistas(s) que reflejan – desde mi perspectiva- la lucha diaria por tratar de reconocer las múltiples y cambiantes facetas de nuestra identidad, capacidad de autoconocimiento y adaptación. 

El psicólogo Carl Gustav Jung habla de la necesidad de cada persona por lograr mantener la salud mental a través de un constante proceso que denominó “individuación” y que consiste, de algún modo, en reconocer, aceptar, integrar y hacer conscientes todos los variados y dinámicos procesos psíquicos que nos conforman (incluido lo que rechazamos o negamos de nosot@s mis@s). Y creo que Luis Mario logra apuntar en ese sentido con un final extraordinario que no voy a revelar para que ustedes también puedan disfrutar (en proximas temporadas) de esa maravillosa sensación de conexión, catarsis y reacomodo del alma que propicia el arte. 

Aunado a lo anterior, es importante destacar la excelente dirección escénica de Oscar López que, en voz del autor de la obra, logró imprimir en ella (a través de los actores) una huella digital única que ya va siendo reconocible en cada uno de los montajes en los que Oscar interviene e imprime su ADN. Otro aspecto digno de reconocimiento fueron las actuaciones de todos los involucrados, quienes interpretaron a los personajes de tal modo que podíamos percibir cómo los cuerpos, gestos y miradas construían personalidades precisas, reconocibles y convincentes… aunque, ahí no había sólo una gran interpretación, sino una encarnación de identidades capaces de tocarnos el alma: unas veces con su rudeza; otras, con su ternura; pero también con sus miedos o con sus estrategias de manipulación, supervivencia o seducción. 


No dejaré de insistir en la relevancia que tiene para el arte y la cultura la presencia de funcionarios que, además de la capacidad y experiencia, posean la sensibilidad para conciliar los intereses de los gremios, los públicos y las instituciones… y estoy convencida de que Carlos López, director del Instituto de Cultura de Cancún, representa un hito que marca, sin duda alguna, la ruta a seguir para consolidar políticas públicas eficaces y trascendentes. Y es que se nota la claridad de objetivos, el trabajo coordinado y el entusiasmo que permea a través de nuestra Compañía Municipal de Teatro - dirigida por Mirelle Anaya y Cecilia Solev- y, en el caso de esta obra, con el talento de maravillosos actores como Mariath Pons, Elsa Becerra, Scarlett Arias, Regina Escalera, Fernanda León Ruiz y Jacobo Hernández que dieron lo mejor de sí en el escenario. 

Las Compañías municipales están demostrando su enorme compromiso hacia el púbico, pues todas sus obras han sido cuidadosamente seleccionadas y muchas de ellas presentadas de manera gratuita. Cabe mencionar que el teatro estuvo lleno y que, al finalizar la obra (y después del largo aplauso con personas de pie), se llevó a cabo la develación de la placa por la primera temporada de Opción Múltiple; así como la celebración de un año de existencia de nuestro céntrico Teatro de la Ciudad, un lugar que se ha convertido en un espacio plural de encuentro y cohesión social que amplía las opciones culturales de recreación para todos los públicos. ¡¡¡ Enhorabuena !!! 


P.D. las excelentes fotos fueron tomadas por Jossy Díaz.


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